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El Museo de Arte Sacro cobra vida

Actualizado: 29 ene 2021

El claustro del museo se convirtió en un jardín barroco para la Gau Zuria

Las pegatinas en el suelo marcaban el lugar de espera para los visitantes, distancia de dos metros entre unos y otros, mascarillas cubriendo los rostros. Daban su nombre a la entrada para que la chica del staff confirmara su reserva. Este año la celebración es distinta, pero los espectadores aguardan, con la ilusión intacta, la magia de la Gau Zuria.

Hora del pase, tras la debida dosis de gel hidroalcohólico los asistentes se adentran en el decorado jardín. El claustro del museo se encuentra en la penumbra, decenas de velas junto con la proyección de icónicos cuadros en la pared, como la chica de la perla, las meninas o la familia de Carlos IV, aportan la poca luz que dota el ambiente del espectáculo. Música clásica de fondo emanando ambiente barroco y un aroma a flores, embarga el resto del jardín. Los asistentes pasean alrededor del espectáculo, fotografiando el lugar y mezclándose con los actores sin mediar una palabra con ellos. Tras una primera toma de contacto con el lugar, comienza el espectáculo. Los actores perfectamente caracterizados de la época barroca comienzan a interactuar entre ellos. Empiezan a tocar música clásica en directo y mientras los arcos rozan los violines y violas, el resto de personajes empiezan a bailar.

Veinte minutos de pase inmersos en el espectáculo y en el ambiente creado en el claustro del museo. Todo termina cuando los actores, con simples gestos y de manera sutil invitan a los asistentes a abandonar la sala. Acompañados por la música de fondo se intuyen los susurros de los presentes bajo las mascarillas, estas que solo permiten observar la emoción en el brillo de los ojos.


Fotografías: Mercedes Gallur



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