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Un día más sin normalidad

Actualizado: 29 ene 2021

Alberto Almazán y Maialen Calderón


Jueves, 3 de diciembre. Son las siete de la tarde y solo se oye el silencio. El silencio de unas calles que se encuentran desérticas, una escena que antes consideraríamos inusual. No hay bares, no hay ocio, no hay ruido. En su lugar, la calma de bilbaínos volviendo de trabajar o haciendo ejercicio, paseando con sus mascotas o disfrutando del frío del invierno. La pandemia se ha enfrentado a muchos aspectos de la vida cotidiana de cada uno, y el ocio ha perdido el que más.


Cuando se pensaba que las limitaciones habían terminado, el 25 de octubre se decretó un nuevo estado de alarma en toda la nación. Poco después, el 7 de noviembre, el lehendakari Iñigo Urkullu decretó el cierre de la hostelería con el fin de romper la cadena de transmisión de la pandemia. Si sumamos el toque de queda a partir de las 22:00, la nueva normalidad se volvió casi la antigua cuarentena. Hoy, casi un mes después, nada ha cambiado.


Bares con las persianas bajadas


Boni García, Presidente de la Asociación de Hosteleros de Bizkaia, lleva trabajando en el sector desde hace más de 30 años. Se trata del referente en el ámbito: gerentes de todo Bilbao ponen su atención a diario en saber si Café Lago abre sus puertas al público. Él está a favor de abrir la hostelería aplicando todas las medidas sanitarias que sean pertinentes. Durante la primera ola, ya estuvieron cerrados y actualmente desde el 7 de noviembre también. “Llevamos un total de cuatro meses cerrados”, señala el hostelero, “ningún negocio que haya estado cerrado ese tiempo puede sobrevivir”.


A principios de este año, la consultora Bain & Company y la firma EY realizaron un informe sobre el impacto de el Covid-19 en la hostelería española. En él, no solo se advierte de una caída de la facturación (unos 55.000 millones de euros), sino que también se cuestiona el impacto que podría sufrir el empleo del sector. “Si cierro no solo se cierra la empresa”, recalca García, “sino que 10 personas se van a la calle y posiblemente no se vuelvan a contratar”.


Asimismo, los bares no pudieron recuperar su esplendor tras el confinamiento de principio de año. Abrieron sus persianas con fuertes restricciones que fueron levantándose de manera gradual, lo que supuso una recuperación lenta de su actividad. Asimismo, su clientela no era la misma de siempre: el teletrabajo mantuvo a muchos trabajadores en sus casas, el miedo al contagio alejó a un gran número de su público, el turismo quedaba limitado… “Los contagios en la hostelería el mes pasado en Euskadi eran el 3,8%”, señala García. El presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia remarca que no se debería demonizar ningún sector: “Es como si ahora dijera que la culpa la tienen los médicos, con todo el trabajo que tienen ahora además”. Según él, los que no han actuado bien son las instituciones y el Gobierno Vasco.


“No hay que demonizar ningún sector. Es como si ahora dijera que la culpa la tienen los médicos, con todo el trabajo que tienen además. Creo que los que no han hecho las cosas bien son los políticos”. Boni García, Presidente de la Asociación de Hosteleros de Bizkaia.


La calle Ledesma se encuentra vacía. Alberto Almazán

Manteniéndose a flote


En la misma línea, la ría ha sufrido los estragos del parón turístico en la capital vizcaína. Roberto Gómez, socio de la empresa Bilboats, apunta que “En comparación con el año pasado, las pérdidas son alrededor de 80.000-100.000€”. .. Bilboats se dedica a los paseos turísticos en barco por Bilbao, y antes de la pandemia contaba con 40.000 viajeros anuales. Aunque actualmente estén cerrados, durante el pasado verano han intentado llegar al público local, pero según Gómez les ha costado bastante: "No consumimos nuestro turismo". El público extranjero suponía el 80% de su facturación, por lo que han tenido que cambiar de estrategia con nuevas campañas de marketing, bajando los precios y comenzando en redes sociales. Han visto que esta última decisión les ha ayudado a llegar a un mayor público, a introducir aportaciones de manera constante. "Como somos ya viejunos no habíamos usado nunca", confiesa entre risas, "y la verdad es que se ve que da unos frutos".


Por el contrario, Txomin Aranbarri, responsable de Bilbaoventura afirma que en comparación con otros años, su público nacional ha aumentado. Ellos se dedican a la actividad deportiva y turismo activo por la ría de Bilbao, sobre todo actividades guiadas y alquiler de piraguas. Aranbarri afirma que su público siempre ha sido más local: “El día a día, en el alquiler, durante estos años atrás, el 80% era gente de Euskadi". Aunque también trabaje con empresas extranjeras, su principal cliente es el cliente local. Ellos también han tenido que reestructurarse de arriba a abajo debido a la pandemia: han intercalado trabajadores para evitar el cierre en caso de contagio, han implementado nuevas medidas de distancia y de equipo como mascarillas hidrofóbicas... Se alegra de que la clientela haya cumplido con las exigencias y haya respondido correctamente, aunque han visto también una caída considerable.


Bilboats ofrece varios servicios como kayak o paddle surf. Alberto Almazán

“En comparación con el año pasado, las pérdidas son alrededor de 80.000-100.000€”. Roberto Gómez, socio de Bilboats.



Bilboats y Bilboaventura trabajan en la ría de Bilbao desde hace más de 10 años, por lo que ambas se conocen mutuamente e incluso tienen buena relación. “En el agua el ambiente con ellos es muy bueno, nos respetamos los unos a nosotros”, comenta Aranbarri. Por su parte Gómez añade que siempre han estado juntos y que pretenden seguir trabajando conjuntamente: "Hemos empezado a trabajar más juntos, más en piña". Ambas empresas, junto a otras entidades como el Museo Marítimo, han trabajado al unísono en una época seca para todos, prestándose ayuda unos a los otros para lo que fuera necesario.



Las aguas están tranquilas, y las tablas y barcos duermen en el puerto. Alberto Almazán

A la espera de las ayudas


Respecto a las ayudas por parte de ayuntamientos, diputaciones y distintas instituciones, El responsable de Bilboaventura se muestra comprensivo: “Entendemos que tampoco somos los más afectados ahora mismo, hemos podido trabajar durante todo el verano". Aun están a la espera de recibir las ayudas que han solicitado, pero han sido capaces de salir adelante con alquileres de gente de Bilbao que "han respondido muy bien”.


“Nos hemos tenido que meter a otro ERTE", sostiene Gómez sobre la situación que viven actualmente en Bilboats, "y ahora tenemos subvencionado el 85% de la seguridad social de los trabajadores y nosotros hemos cobrado un cese otra vez”. Cuenta que estuvieron abiertos hasta octubre pensando que podrían “alinearse los astros”, pero finalmente cerraron ya que durante ese mes solo facturaron para cubrir gastos.



“Entendemos que tampoco somos los más afectados ahora mismo, hemos podido trabajar durante todo el verano. El trabajo que ha habido lo hemos podido sacar adelante con alquileres de gente de Bilbao que han respondido muy bien”. Txomin Aranbarri, responsable de Bilboaventura.



En el sector hostelero viven una situación similar. Boni García comenta que han recibido los ERTES y les han prometido ayudas y la reducción de la cuota de autónomos. Se trata de una decisión clave en este sector, ya que el 70% de los negocios corresponden a pequeños comercios individuales.


Todas las áreas del ocio de Abando han tenido que bajar las persianas. Alberto Almazán

La semana que viene, el 10 de diciembre, desde Gobierno Vasco darán nueva información sobre la reapertura de hostelería. Mientras que el presidente de los hosteleros se muestra positivo, señalando que espera abrir para el día 15, habrá que esperar para saber sobre su futuro. La ría, por su parte, se mantiene en calma hasta la vuelta de un clima más cálido y más apto para andar en el agua. "Nosotros no somos como los noruegos que se ponen una manta", se burla Roberto Gómez, "aquí hace frío y te quedas en casa o en tu barrio". Cuesta imaginar lo que deparará el año que viene para el ocio en Abando, pero de momento queda el silencio.


Fuente: elaboración propia


Fuente: elaboración propia

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