No es en nombre del pueblo
Actualizado: 29 ene 2021
Alberto Almazán, Mercedes Gallur y Michelle Gómez
El proyecto de la nueva sede del obispado sigue avanzando y dando que hablar debido al desconcierto de los vecinos
El sexto distrito bilbaíno ha perdido su esencia. No se trata de falta de bullicio o de la marcha de una persona de renombre. Se trata de algo menos evidente, solo apreciable para el vecindario cercano al Colegio Público Cervantes. La pérdida de las palmeras. Los árboles centenarios eran parte de la imagen urbana de la zona más interior de Abando, un pequeño destello verde en el gris de la ciudad. Al notificarse su traslado hace unos meses, los vecinos tomaron las calles y alzaron su voz en descontento. Fueron noticia en los medios locales, y durante un tiempo fue la comidilla del barrio. A pesar de ello, no se trata solo de la pérdida de unas palmeras.
En febrero de 2018, el obispado de Bilbao, presenta al Ayuntamiento la solicitud para integrar una de las parcelas de la Calle Barrainkua dentro del régimen general de equipamientos del actual Plan General de Ordenación Urbana (P.G.O.U). Dicha plaza se trataba del espacio correspondiente a la Escuela de Magisterio, antiguamente conocido como el Colegio de Carmelitas. Esta solicitud viene motivada por el plan de unificación e integración en Bilbao de distintos servicios diocesanos, como se define en el Proyecto Bizkeliza Etxea. Debido a ello, la propiedad perdió la vinculación al uso docente casi por completo.
Este plan de obra, que ya se ha dado a conocer de manera pública en diferentes comunicados, es definido por la diócesis en su propia web como: “Un proyecto de interés general, tanto local como supramunicipal, que justifica suficientemente el interés público necesario para la modificación del P.G.O.U de Bilbao”. La obra defiende una sede única “por responsabilidad y criterio evangélico”, y que se deben aprovechar del mejor modo posible los escasos recursos disponibles para “la tarea evangelizadora”. Pero va más allá de una tarea evangelizadora.
El 28 de mayo de 2019 la empresa Mutualia publicó una nota de prensa en la que expuso su acuerdo con Construcciones Murias S.A. para adquirir el edificio de Abando. Se trataba de algo contradictorio, si no se mencionase que el obispado ya estaba asociado a Murias S.A. para la gestión del solar de su santa sede (capaz de “acoger tanto la sede única diocesana como otros servicios equipamentales”). Según lo redactado en la nota de prensa de Mutualia, una vez finalizado el trabajo el terreno se convertiría en en “nuevo hospital de referencia para Bizkaia”.
Línea del tiempo. Fuente: Elaboración propia
En estos tres años, en definitiva, la parcela de la calle Barrainkua ha cambiado los planes de futuro del barrio. Según el estudio detalle ofrecido por la diócesis cristiana, 6.000 metros cuadrados estarían dedicados a la clínica privada de Mutualia y los 7.543 metros cuadrados restantes se repartirán entre dicha sede y las zonas dedicadas a la Escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari (BAM).
Asimismo, los estudiantes de Magisterio han sido realojados actualmente a otras aulas. En el año 2019, se tomó la decisión de ubicarlos de manera provisional en la plaza de San Pío X, cerca de la Universidad de Deusto. Finalmente y de manera temporal los estudiantes se encuentran recibiendo sus clases en su sede original, en el Edificio Seminario de Derio. En una entrevista con uno de los estudiantes de BAM, E.E. habló sobre las dificultades con las que se encuentran algunos de sus compañeros para desplazarse hasta Derio: “A veces preferimos ir cuatro o cinco personas en un coche para poder llegar sin preocupaciones”, confiesa debido a la falta de transporte público, “pero pagando la gasolina a medias claro”.
El obispado alude en su página web a la transparencia con la que se está llevando a cabo los trámites. Por parte de las empresas Murias, Mutualia, el Ayuntamiento y la misma orden cristiana se han negado a conceder ninguna aclaración más allá del pleno del Ayuntamiento en el que se trató la situación de los vecinos. En esta sesión Asier Abaunza, concejal de Obras, Servicios y Planificación Urbana, comentaba que “si cumple con todas las exigencias normativas y legislativas el ayuntamiento está obligado a dar la licencia”, apoyándose en la existencia de múltiples obras cercanas a colegios.
La oposición de los vecinos
Para llevar a cabo el proyecto, el obispado se ha encontrado con diversas barreras en su camino. El traslado de las palmeras solo fue el principio de una gran masa en movimiento, el recurso contencioso administrativo llevado a cabo por Ekologistak Martxan y el descontento de los vecinos de la zona han sido algunas “trabas” que la diócesis ha ido esquivando.
Desde que se dio a conocer esta situación, el AMPA del Colegio Público Cervantes comenzó a movilizarse y así nació la asociación por un “Abando Habitable”. Esta asociación lleva meses realizando diferentes actos, manifestaciones e incluso compareciendo en el Parlamento Vasco con una misión clara: que se escuche la voz de los vecinos del barrio.
Pablo Rey, el portavoz de esta asociación, explica que los vecinos ya se opusieron a la realización de este proyecto antes de la pandemia. “Unas obras aquí supondrían mucho ruido para los vecinos del entorno y el colegio que tenemos justo enfrente”, expresa Pablo apelando al derecho a una educación saludable, “incluso ahora con las medidas sanitarias las ventanas tienen que estar abiertas y el polvo de las excavaciones llegaría directamente a las aulas”.
Esta situación afecta claramente a la salud del alumnado del Colegio Público Cervantes. “El polvo que se levanta y las partículas que flotan en el aire a la larga pueden afectar tanto a los pequeños como a los mayores", explica el médico especialista en pediatría Javier Cerero. No solo se trata de contaminación del aire si no también temen por la contaminación acústica. Actualmente, los vecinos de una de las calles cercanas, la calle Henao 9, se encuentran padeciendo unas obras de menor calibre, las cuales ya superan los 50 decibelios máximos considerados la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las labores de excavación de los cinco sótanos se añadirían a la propuesta de la sede del obispado, que requiere de una excavación de 15,6 metros en roca. El proceso ya está siendo duro para los vecinos del distrito; por lo que se niegan a aceptar otras obras que requerirán una mayor extensión en el tiempo y, por tanto, el aumento de inconvenientes.
Nivel de decibelios en las obras de la calle Henao nº9, Fuente: Abando Habitable
Se llevaron las palmeras y como sustituto les van a construir 22.183 m2 de estructura de hormigón que quitará la poca luz de la que dispone el barrio. Los miembros de Abando Habitable piden zonas verdes y el proyecto adquiere un color gris que no concuerda con el Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao. Este plan recoge en el punto 5.2.2 una búsqueda del refuerzo de parques y marca como objetivo “conseguir que el mayor número de habitantes tenga cobertura a un parque de proximidad”. Andramari se encuentra en una de esas zonas de actuación prioritaria del plan, pero la situación actual no es coherente con dichas propuestas. Mientras tanto los vecinos siguen luchando por sus derechos porque como bien dice el refranero popular “a quien no habla no le oye Dios”.
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